lunes, 20 de enero de 2020

Presentación del Blog: Constelación literaria de Caperucita Roja

Ilustración de Laura Llorens


Hola, este blog tiene por objetivo documentar la construcción de una constelación literaria sobre el cuento tradicional de Caperucita roja y, para alcanzarlo, se estructura el contenido en sus diferentes pestañas en el que se distribuyen las diferentes aportaciones y marco conceptual de esta investigación.

Para su mejor comprensión, se distribuye el contenido en diferentes pestañas en el Blog para el acceso a los diferentes contenidos:

1. Definiciones: entrada dedicada a la presentación de términos y artículos en los que se basa la investigación y que faciliten la comprensión de esta.

2. Hipotexto: espacio dedicado a la recuperación del texto original de la tradición oral y las posteriores prosificaciones realizadas que han servido de precedentes.

3. LIJ: referida a las obras de literatura infantil y juvenil que emplean estas prosificaciones para la creación de nuevas obras, especialmente centrado en el álbum ilustrado.

4. Plataformas: en este apartado se incluye la presencia de Caperucita roja en diferentes medios audiovisuales (cine y series) o expresiones artísticas (música y arte). Adicionalmente, se incluye la presencia de esta narrativa de la literatura infantil y juvenil en redes sociales en diferentes plataformas (Instagram, Twitter, Facebook, Google Imágenes y Youtube).

5. Práctica: espacio dedicado a la explicación de las actividades que debe realizar el alumnado participante en la investigación.

Atentamente,
Francisco Antonio Martínez Carratalá

domingo, 19 de enero de 2020

Definiciones


Ilustración de Laura Llorens

Para delimitar el marco conceptual en el que se basa la investigación, se propone una serie de definiciones que sirvan como glosario de términos y posibiliten la comprensión de los conceptos tratados. Los términos seleccionados son:

1. Literatura infantil y juvenil:

Siguiendo a De Amo (2003, p.34), la conceptualización de la literatura infantil conlleva diferentes problemas para una conceptualización general, pero el autor propone: “la Literatura infantil se puede concebir como un sistema de signos connotados con finalidad estética, cuyas estructuras narrativo-poéticas requieren de un lector modelo con unos hábitos de lectura y unos modos de comprensión e interpretación no necesariamente iguales a los del lector adulto.

En esta línea, otro referente ineludible en esta investigación como es la obra de Cerrillo (2007), propone:

 La LIJ es, ante todo y sobre todo, literatura sin adjetivos de ningún tipo, si se le añade “infantil” o “juvenil” es por la necesidad de delimitar una época concreta de la vida del hombre que, en literatura, está marcada por las capacidades de los destinatarios lectores y, en menor medida, por gustos e intereses lectores muy concretos, así como por sus posibilidades de recepción literaria.” (p.44)

Cerrillo, P. (2007): Literatura Infantil y Juvenil y educación literaria, Barcelona: Octaedro.
De Amo, J.M. (2003). Literatura infantil: claves para la formación d la competencia literaria. Málaga: Ediciones Aljibe

2. Álbum ilustrado:
Una aproximación a su definición es la propuesta por Teresa Durán (2000): “el álbum es, sobre todo, un trabajo polifónico donde el soporte físico y la narratología textual y visual concuerdan afinadísimamente. Este acorde puede estar al servicio de cualquier tipo de relato (fantástico, documental, cotidiano…) y dirigirse a cualquier tipo de público.”

Adicionalmente, Tejerina (2015): “el álbum ilustrado se agrupa en dos formas básicas: puede contar la historia solamente con imágenes o bien fundir el código visual con el textual, esto es, combinar ilustración y código escrito” (p.2)

Durán, T. (2000): ¡Hay que ver! Una aproximación al álbum ilustrado. Salamanca: Fundación Germán Sánchez Ruipérez.

Tejerina Lobo, I. (2008). Un modelo de análisis del álbum. Siete ratones ciegos de Ed Joung. Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil, (215), 44–52. Recuperado de: http://www.cervantesvirtual.com/obra/un-modelo-de-analisis-didactico-del-album-ilustradosiete-ratones-ciegos-de-ed-joung/

3. Imaginario colectivo:

Colomer (2008, p.15) refleja que “el término imaginario ha sido utilizado por los estudios antropológico-literarios para describir el inmenso repertorio de imágenes simbólicas que aparecen en el folklore y perviven en la literatura de todos los tiempos. Se trata de imágenes, símbolos y mitos que los humanos utilizamos como fórmulas tipificadas de entender el mundo y la relación con las demás personas”. 
Por último, “la literatura ofrecida a los niños permite que éstos se incorporen a esa forma fundamental del conocimiento humano” (p.17). Este acceso al imaginario colectivo de la infancia se fomenta desde la literatura infantil, aunque como bien señala la autora: “A pesar de esta universalidad y recurrencia, el imaginario colectivo no cesa de evolucionar” (p.20)

Teresa Colomer (2010), precisa este término en el ámbito de la didáctica de la literatura: “La enseñanza de la literatura resulta muy sensible a los cambios producidos en los mecanismos de producción cultural y de cohesión social de los distintos momentos históricos. Ello se debe a que la literatura se sitúa en el campo de la representación social, refleja y configura valores e ideología, y participa en la forma de institucionalizarse la cultura a través de la construcción del imaginario colectivo.”


Colomer, T. (2008). Introducción a la literatura infantil y juvenil. Madrid: Síntesis.
Colomer, T. (2010). La didáctica de la literatura: temas y líneas de investigación e innovación. Recuperado de: http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcpv725

Fons Esteve M. y Palou Sangrà J. (coords.) (2016). Didáctica de la lengua y la literatura en educación infantil


4. Cultura de la convergencia:
Definida por Jenkins (citado en Lara, 2009) como “el flujo de contenidos a través de múltiples plataformas mediáticas, la cooperación entre múltiples industrias mediáticas y el comportamiento migratorio de las audiencias mediáticas, dispuestas a ir casi a cualquier parte en busca del tipo deseado de experiencias de entretenimiento”.

La convergencia representa un cambio cultural, ya que anima a los consumidores a buscar nueva información y a establecer conexiones entre contenidos mediáticos dispersos”.

En este sentido, hay un giro hacia la narrativa en los estudios sociales como apuntaba Roland Barthes (1977): “la narrativa es internacional, transhistórica, transcultural: está simplemente ahí, como la vida en sí misma” (en Czarniawska, 2004).
En definitiva, en este trabajo se presupone que este fenómeno de convergencia pretende conquistar el relato narrativo (desde su perspectiva transhistórica y cultural)


Czarniawska, B. (2004). Narratives in social science research. London: Sage.
Jenkins, H. (2008). Convergence culture. La cultura de la convergencia de los medios de comunicación. Barcelona: Paidós.

5. Competencia comunicativa:
La competencia comunicativa es la capacidad de una persona para comportarse de manera eficaz y adecuada en una determinada comunidad de habla; ello implica respetar un conjunto de reglas que incluye tanto las de la gramática y los otros niveles de la descripción lingüística (léxico, fonética, semántica) como las reglas de uso de la lengua, relacionadas con el contexto socio-histórico y cultural en el que tiene lugar la comunicación.”

Este concepto fue desarrollado por Dell Hymes (1971,1972) en el que definía la adquisición de las capacidades y conocimientos para que un hablantes pueda interactuar en una comunidad lingüística o contexto sociocultural.
Adicionalmente, Gumperz y Hymes (1972) la definen como "aquello que un hablante necesita saber para comunicarse de manera enficaz en contextos significativos".

Recuperado de:
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/competenciacomunicativa.htm
Gumperz, J.J. & Hymes, D.H. (1972). Directions in sociolinguistics. The ethnography of communication. Nueva York: Basil Blackwell.

6. Competencia literaria:
Según Cerrillo (2007):
“Los participantes en la comunicación literaria deben tener la competencia literaria que les permita acceder a la codificación literaria, más allá de la puramente lingüística. Esta competencia debe ser adquirida por medio de mecanismos diversos: que procedan de los mismos textos literarios o que sean ajenos a ellos (factores históricos, sociales o culturales.” (p.19)


En otras palabras, como define Lluch (2003), la competencia literaria debe facilitar al lector: "prevenir lo que acontecerá, formular inferencias, comparar con lecturas anteriores que conforman la tradición a la que ahora se adscribe, leer más allá de los significados, ser capaz de captar las figuras retórcias o la lectura connotativa que el texto propone, etc." (p.74)

Cerrillo, P. (2007). Literatura Infantil y Juvenil y educación literaria. Barcelona: Octaedro.
Lluch, G. (2003). Análisis de narrativas infantiles y juveniles. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla - La Mancha.

7. Intertexto lector:
Intextextualidad
La intertextualidad es la relación que un texto (oral o escrito) mantiene con otros textos (orales o escritos), ya sean contemporáneos o históricos; el conjunto de textos con los que se vincula explícita o implícitamente un texto constituye un tipo especial de contexto, que influye tanto en la producción como en la comprensión del discurso.”
Recuperado de:

Además de las aportaciones de Batjín (1979) y Kristeva (1969), la definición de este término en el ámbito de investigación se apoya en la definición de Mendoza (2001), que define el intertexto lector como:
“un componente básico de la competencia literaria; en el espacio de la competencia literaria, integra, selecciona y activa significativamente el conjunto de saberes, estrategias y recursos lingüístico-culturales para facilitar la lectura de textos literarios. Los distintos elementos que lo componen se activan en la recepción, en la interacción entre emisor/receptor y en la apreciación de las correspondencias re-creadas entre textos diversos, a la vez que potencia la actividad de valoración personal a través del reconocimiento de conexiones y del desarrollo de actitudes positivas hacia diversas manifestaciones artístico-literarias de signo cultural.”

Mendoza, Antonio (2001): El intertexto lector. El espacio de encuentro de las aportaciones del texto con las del lector. Cuenca: UCLM. Recuperado de: http://www.cervantesvirtual.com/obra/el-intertexto-lector-0/

8. Competencia digital:
Su definición se incluyó entre las diferentes competencias en el (Real Decreto 1631/2006, p. 688):

“Esta competencia consiste en disponer de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar la información y para transformarla en conocimiento. Incorpora diferentes habilidades, que van desde el acceso a la información hasta su transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse”.

En síntesis, el tratamiento de la información y la competencia digital implican ser una persona autónoma, eficaz, responsable, crítica y reflexiva al seleccionar, tratar y utilizar la información y sus fuentes, así como las distintas herramientas tecnológicas; también tener una actitud crítica y reflexiva en la valoración de la información disponible, contrastándola cuando es necesario, y respetar las normas de conducta acordadas socialmente para regular el uso de la información y sus fuentes en los distintos soportes.”

Esta referencia figura en el documento del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, titulado Aulas del siglo XXI: Retos educativos (2012) en su primer capítulo escrito por José Luís García González bajo el título Tratamiento de la información y competencia digital. https://sede.educacion.gob.es/publiventa/PdfServlet?pdf=VP15920_19.pdf&area=E

Según Lara (2009): “la competencia digital se definiría, por tanto, como la combinación de destrezas instrumentales y cognitivas en la aplicación eficaz de conocimientos, habilidades y actitudes de un Saber (conocimiento del lenguaje digital y sus técnicas), un Saber Hacer (buscar, analizar, evaluar, interpretar críticamente y resolver problemas según el contexto, con cierta autonomía y de forma colaborativa), y por último un Saber Ser (desde la conciencia ciudadana, conociendo derechos y responsabilidades de las libertades públicas, con respeto por el mundo multicultural y globalizado).”

Lara, T. (2009). La competencia digital en el área de Lengua. Madrid: Octaedro.

9. Esquema narrativo quinario:
La estructura de la narración contiene una serie de elementos básicos definidos por Jean Michael Adams (1992,1999) como son “sucesión de acontecimientos, unidad temática, transformación, unidad de acción y causalidad” (citado en Lluch, 2003, p.47). Estos conforman un marco narrativo prototípico dentro de la literatura infantil donde se organizan los acontecimientos siguiendo una progresión temporal. La secuencia de esquema quinario se recoge en los siguientes apartados explicados por Lluch (2003, p.48):

1. Situación inicial: presentación de los personajes y la delimitación espacio-temporal.
2. Inicio del conflicto: el momento en el que se rompe la situación estable de la situación inicial y se presenta un problema.
3. Conflicto: en la que se desencadenan una serie de acciones por parte de alguno de los personajes de la historia para la resolución de este.
4. Resolución del conflicto: el desenlace a consecuencia de las acciones anteriores.
5. Situación final: se restaura la calma después de la tensión con una transformación resultante de la resolución del conflicto.

Esquema ternario: En la literatura infantil, esta estructura se suele reducir a un esquema ternario (planteamiento, nudo y desenlace) para la simplificación de la narrativa y ajustarse a las características psicoevolutivas de la etapa.

Lluch, G. (2003). Análisis de narrativas infantiles y juveniles. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla - La Mancha.

10. Constelación literaria:
Rovira-Collado (2019, p.276): "Las constelaciones literarias son un formato para organizar una serie de lecturas con un elemento temático en común a través de la representación gráfica de una serie de estrellas o puntos enlazados (Jover,2009; Garvis,201). Dicho formato puede aplicarse en los diferentes niveles educativos para mostrar los distintos contenidos y puede considerarse apropiado para el desarrollo de la Educación Literaria".

"La constelación literaria, como constructo teórico para describir visualmente un itinerario lector en torno a un determinado concepto, nos ofrece múltiples posibilidades de adaptación a distintos niveles educativos, para presentar lecturas agrupadas cronológica o temáticamente" (p.277)

La definición parte del trabajo de Guadalupe Jover (2007), en su libro Un mundo para leer se cuestiona sobre el significado de constelación literaria: “para comenzar, una unidad de análisis que consigue fundir el horizonte de los textos y el lector” (p.121). Continúa desarrollando el concepto en los siguientes términos: “si tenemos claro que las constelaciones no son sino construcciones interpretativas, que estos vínculos imaginarios los determina el espectador, aquello que es relevante desde el punto de vita pedagógico es hacer explícitos los criterios que llevan a aproximarse unas y no otras.”(p.121).


Jover, G. (2007). Un Món per llegir. Barcelona: Associació de Mestres Rosa Sensat.
Rovira-Collado, J. (2019). Literary classics in multimodal constellations. Analysis of proposals for pre-service teachers. Tejuelo, 29, 275–312. https://doi.org/10.17398/1988-8430.29.275

11. Narrativa transmedia:
Según Scolari (2014), el término fue acuñado por Jenkins en el año 2003 (transmedia storytelling) y se define por dos rasgos: la primera, que su narración se realiza a través de múltiples medios y plataformas citando como ejemplo que una narrativa puede comenzar en un cómic, continuar en una serie de dibujos animados, se amplia en un largometraje y finalmente, en un videojuego. Entre otros muchos ejemplos con esta estructura, se puede pensar en diferentes animes que provienen del manga y que después tienen continuaciones en películas que siguen la trama (completándola) o no (OVA) y finalmente, se plasman en un videojuego como puede ser Dragon Ball. El autor, nombra a Superman.

La segunda parte, el componente que completa la definición de narrativa transmedia es que “una parte de los narradores no se limita a consumir el producto cultural, sino que se embarca en la tarea de ampliar el mundo narrativo con nuevas piezas textuales”. Entre los ejemplos que cita, las producciones por seguidores en Youtube de diferentes historias y transgresiones, desde parodias a crossovers.

Dándole una expresión de fórmula la define primero como:

Narrativa transmedia= industria de los medos + cultura participativa de los usuarios.

Finalmente, en un aspecto textual entre el texto oficial o canónico y los textos que producen los fans:
Narrativa transmedia= canon + fandom

Recogiendo la definición del Diccionario de nuevas formas de lectura y escritura (Martos-Núñez y Fernández Figares, 2013): “el concepto de literatura transmedia no se refiere a todas las historias que utilizan múltiples soportes, sino a las que hacen un uso específico de estos, donde los elementos de una historia se dispersan de manera sistemática a través de múltiples plataformas, cada una haciendo su propia contribución única al conjunto” (p.491)


Campos Fernández-Fígares, M., & Martos Núñez, E. (2013). Diccionario de nuevas formas de lectura y escritura. Madrid: Santillana.
Scolari, C. A. (2014). Narrativas transmedia: nuevas formas de comunicar en la era digital. Anuario AC/E de Cultura Digital, 71–81.

12. Alfabetización mediática:
Empleando de nuevo el Diccionario de nuevas formas de lectura y escritura (Martos-Núñez y Fernández Figares, 2013) este término representa una condición con implicaciones en la educación dado que “se erige como una condición imprescindible para el desarrollo de una ciudadanía responsable: identificar características, condicionantes y objetivos de los medios, distinguir entre información y opinión, diferenciar entre una información veraz -contrastada- y otra sesgada o interesada, se consideran habilidades fundamentales para la configuración de una sociedad verdaderamente informa y, por tanto, formada para la toma de decisiones que atañen a su presente y a su futuro” (p.30).

Entre las implicaciones prácticas, se señala: “la necesidad de trabajar con los medios de comunicación, escritos o audiovisuales, ya desde la escuela (…), con el objetivo de crear una mirada crítica sobre los medios de comunicación que revalorice aspectos positivos, pero permita entender también aquellos que no lo son tanto” (pp.30-31).


Por tanto, este tipo de alfabetización mediática (media literacy) comporta el desarrollo de una competencia digital como se señaló anteriormente que posibilite una lectura “multimodal”, aquella que combina diferentes recursos como textos, imágenes o vídeos en la educación que permita una integración de estos soportes y recursos que facilite la comprensión y el análisis de dicha información.
Campos Fernández-Fígares, M., & Martos Núñez, E. (2013). Diccionario de nuevas formas de lectura y escritura. Madrid: Santillana.

13. Algoritmos de opresión:
La autora (Noble,2018) repasa en este libro el progreso de la búsqueda de información en internet desde la irrupción de Google desde hace dos décadas convirtiéndose en el gran buscador de información de nuestra cultura, alcanzando aproximadamente el 90% del mercado de buscadores de información. Además, la evalúa y se puede posicionar en los resultados de búsqueda que realizan los usuarios. Estos resultados como analiza la autora después de una amplia investigación muestran el componente sexista y racista en las búsquedas y las imágenes que muestran, influenciadas por el posicionamiento y la política neoliberal alrededor de los intereses corporativos y publicitarios.

Como ejemplo, las búsquedas del término “black girls” y los resultados que sugería el buscador  o las imágenes que predominaban, así como mantenía estos prejuicios con los términos asiática o latina, además de convertir los resultados de indios en resultados sobre el equipo de béisbol de Cleveland.

Aquí os muestro el enlace del término “indians”: (pinchad aquí)


Obviamente una de las hipótesis claras de este trabajo está en línea con el trabajo de Noble (2018), demostrar los estereotipos literarios en Google y la influencia sobre el imaginario colectivo a través de la convergencia cultural, transhistórica y cultura que ofrece internet en los/as lectores/as.

Noble, S. (2018). Algorithms of Oppression. New York: New York University Press.

14. Índice ATU:
Todos los cuentos que comparten básicamente un mismo argumento forman un tipo. El tipo se identifica con un número, a veces seguido de letras y asteriscos, y precedido por las siglas ATU, que remiten al índice internacional Aarne-Thompson-Uther (2004). Antes de la última revisión, las siglas que se utilizaban eran AaTh, en referencia al índice Aarne-Thompson (1961).

Las secciones que contiene el índice internacional son las siguientes:
1-299. Cuentos de animales
300-749. Cuentos maravillosos
750-849. Cuentos religiosos
850-999. Cuentos-novela
1000-1199. Cuentos del ogro estúpido
1200-1999. Chistes y anécdotas
2000-2075. Cuentos formulísticos
2200-2299. Cuentos-sorpresa
2300-2399. Otros cuentos formulísticos

El índice no puede ser exhaustivo y, por lo tanto, el hecho de que algún argumento del estilo de los que se incluyen no figure no significa que no pueda tener análogos en otras lenguas o regiones. Esto es especialmente cierto en el caso de los chistes y anécdotas que son especialmente abundantes en todo el mundo.
Un cuento puede combinar más de un tipo argumental (de hecho, ciertas asociaciones son habituales y bastante estables) o puede incluir episodios no recogidos en el índice internacional al lado de otros que sí lo han estado.

Información extraída del portal especializado Rondcat. Arxiu de Folklore Català
Para saber más, en la Biblioteca General, en la segunda planta se encuentra la referencia:

Uther, H. (2011). The types of international folktales. Helsinki: Suomalainen Tiedeakatemia.

15. Identidad digital:
Siguiendo a Castañeda y Camacho (2012, p.356), la identidad digital está formada por una parte personal referida a la cuestión “¿Qué enseño sobre mí mismo? Qué es lo que la persona hace de forma visible en internet”.

A esta se añaden dos aspectos sociales, la primera responda a la pregunta: “¿Quién me influencia? Quién configura la red social de la persona en internet o en su red personal de aprendizaje”. Aquellas personas que forman parte de nuestras interacciones sociales y nos influencian a través de sus acciones, comportamientos o preferencias personales.

La segunda parte social se delimita en la pregunta: “¿Quién se ve influenciado por mí? Quién incluye a esta persona como parte de su red social o de aprendizaje”. Las personas que se ven influenciados por nosotros e interaccionan con nuestros contenidos, formen parte de nuestra red de amistades o no, estén de acuerdo con nuestras posturas o no.

De esta manera, nuestra identidad digital personal es esa parte de nuestra identidad que proyectamos con nuestros actos en internet: “qué dice, cómo lo dice, el lenguaje que usa, sus temas de interés y un largo etcétera que configuramos cada vez que hacemos clic en el ordenador, y que reforzamos cuando damos nuestro voto positivo o negativo a una cosa u otra”.

Castañeda, L., & Camacho, M. (2012). Desvelando nuestra identidad digital. El Profesional de La Información, 21(4), 354–360. Recuperado de: https://recyt.fecyt.es/index.php/EPI/article/viewFile/epi.2012.jul.04/17898 

16. Literatura de tradición oral
Como uno de los centros de este trabajo está determinado por obras prosificadas provenientes de la literatura de tradición oral (también denominada folclore literario y literatura popular), podemos acercarnos a sus características definidas por Fons-Esteve y Palou-Sangrà (2016) en los siguientes términos: “haber sido transmitida oralmente durante varias generaciones, ceñirse a la poética oral y sus procedimientos, a la continuidad de temas recibidos y a la introducción de variantes, y pertenecer a un contexto cultural” (p.138).

Fons Esteve M. y Palou Sangrà J. (coords.) (2016). Didáctica de la lengua y la literatura en educación infantil.

Como extensión, la información del portal dirigido por Pedro Cerrillo sobre lírica popular:


17. Itinerario lector
Colomer (1999) señalaba la necesidad de un cambio en la concepción en el aprendizaje literario para que se desarrolle en el alumnado la competencia literaria y por este motivo se definen los itinerarios lectores y la formación de hábitos lectores que surgen con la intención de ampliación de la variedad de libros que han de formar parte de un corpus de lecturas adecuado al lector: “Un itinerario de este tipo no puede construirse previamente a partir del corpus de calidad consagrado por la tradición literaria adulta, sino que debe incluir una selección de las lecturas que puedan estar más próximas a los alumnos” (1999, p.203).


En definitiva, dar libertad en la creación del propio itinerario lector al alumnado desde la diversidad y adecuación de las obras que requieren una mediación para que se acceda a las formas complejas de conocimiento cultural. Siguiendo con las aportaciones sobre lectura libre y lectura guiada de Colomer (1999, p.203): “parece indudable que los niños necesitan abordar los libros desde una plataforma que respete su libertad de elección y lectura. Pero también lo es que necesitan aprender a reflexionar sobre lo que leen. El reto de la escuela continúa siendo el de articular prácticas en ambos sentidos que, en lugar de anularse, se nutran mutuamente”.

18. Gramática de la fantasía
En 1973, Gianni Rodari escribió una obra titulada como Gramática de la fantasía, en la que describía diferentes formas de transgredir y jugar con el lenguaje y las palabras. En su preludio, Rodari señala que no pretende elaborar un temario de fantasía para ser enseñado como una materia más. En esta obra nos relata sus maneras de inventar cuentos y cómo aproximar a los más pequeños a la invención de los suyos propios. 
Además, no solo está pensado como acto de creación puramente textual, sino que acepta la variedad de tipologías textuales y narrativas para aplicar este tipo de ingeniosas técnicas, siempre con un punto de humor. Realmente, su mensaje cristaliza perfectamente cuando escribe: “yo espero que este libro pueda ser útil igualmente a quien cree en la necesidad que la imaginación tenga su lugar dentro de la educación; a quién tiene fe en la creatividad infantil; en quien conoce el poder liberador de la palabra” (p.13). 
Como remate que sintetiza la propuesta de esta investigación: cuando dice: “todos los usos de la palabra para todos”, y esta afirmación, prosigue: “me parecen una buena divisa, de un tono democrático bonito. No para que todos sean artistas, sino para que ninguno sea esclavo” (p.13).


Rodari, G. (2009). Gramàtica de la fantasia. Barcelona: Educaula.



Cuestionario 1.

En el siguiente enlace tienes el cuestionario previo a la presentación de la práctica constelaciones literarias.


También puedes acceder desde el siguiente código QR. 

sábado, 18 de enero de 2020

Precedentes

Ilustración de Laura Llorens

En este apartado se hará referencia a los precedentes y orígenes de Caperucita roja en la literatura, desde su origen oral hasta la fijación del texto a través de las prosificaciones de Perrault y los hermanos Grimm. Este repaso no puede estar completo sin una conceptualización previa para el resto de las investigaciones: el hipotexto como el texto original al que se hace referencia. Mendoza y su definición de intertexto lector nos delimita este texto original (hipotexto) en relación con un hipertexto (el texto que leemos) y que el lector con un bagaje literario relaciona y conecta (como se señalaba en el apartado de definiciones). El enlace al artículo se encuentra pinchando en este enlace para clarificar en caso de dudas: enlace.



Para comprender el lugar del relato de Caperucita roja en el contexto señalado, Tehrani (2013) apunta que la tipología ATU del cuento de Caperucita Roja se corresponde con el número 333 que, además lleva el nombre de caperucita roja, y como este tipo de esquema narrativo e historia se encuentra presente en diferentes culturas y países formando parte de su folclore literario, que después el contexto fue dando forma y clasificando en “ecotipos”. Desde la publicación en 1697 por Perrault en Francia (Le Chaperon Rouge) hasta la renovación de este por los hermanos Grimm (1812, como Rotkäppchen) se ha producido una evolución y renovación de este cuento de hadas que nos conduce hasta la literatura infantil y juvenil readaptando dicha historia.


En la tipología 333 del índice ATU, se recogen las características actualizadas en la edición de Uther (2011, pp.224-225), en las que se recoge que la versión que fija esta tipología es la de Perrault en 1697, así como sus posibles variaciones y los enlaces con el índice 123, como en el artículo de Tehrani (2013) se trata de señalar que aunque se confundan en ocasiones, las tipologías de relatos están diferenciadas. 

En esta tipología se incluyen variantes como la italiana (la niña se llama Catarinella, Caterina o Cattarinetta), la historia se basa en una mujer que va a hornear pasteles, manda a su hija a por una sartén. La persona que debe dejarle esta sartén para cocinar es un ogro (bruja o lobo) y le pide a la niña que le devuelva la sartén con algunos pasteles y vino. Una vez cocinados los pasteles, la niña debe devolverle la sartén con algunos pasteles y una botella de vino, pero en el camino hacia la casa del lobo/ogro/bruja se los come y los reemplaza por boñigas y orina. Enfadado por este cambio, el ogro/lobo/bruja la persigue hasta su casa y se la come. Este tipo era anteriormente el tipo 333A y, se corresponde con uno de los álbumes ilustrados que recuperó la editorial Kalandraka bajo el nombre de Tío Lobo.

Dentro de la tipología 333, está la variante 333B, aunque se ha tipificado de manera diferente como 334 y el título la casa de la bruja. En este, la niña no hace caso a las advertencias de animales que tratan de ayudarla y visita a su abuela que es una caníbal. La niña se encuentra con un montón de evidencias terribles (una valla de huesos, un barril de sangre y su abuela con una cabeza de animal). Cuando la niña le pregunta a su abuela todo aquello que ha visto, es devorada.


Fuente: Tehrani (2013, p.4)

En el artículo de Tehrani (2013) se realiza un estudio filogenético que nos conduce por los orígenes de este cuento que Perrault adaptó (también para adaptarse a su público en la Corte, que era el lector potencial de estas historias en un momento en el que la mayoría de la población no estaba alfabetizada: recordamos que la obra data del siglo XVII). Uno de los orígenes a los que se alude es La historia de la abuela y sus diferentes versiones que se transmitieron oralmente en el ámbito rural de Francia, Austria y el norte de Italia, aunque esta historia estaba recogida antes de la obra de Perrault. 


Otro punto de partida que señala el autor data del siglo XI de un poema escrito en latín por Egbert de Lieja (en la obra Fecunda Ratis) como señala Zipes (2006), ofreciendo una historia similar a la de Caperucita roja que circulaba en Europa en la época medieval. En este poema se narra la historia de una niña que anda por el bosque vistiendo una túnica roja de bautismo que le entregó su padrino y, en el bosque, se encuentra con un lobo que intenta llevársela a su guarida y la niña intenta escaparse domesticando a los cachorros del lobo. 

Fuente: Zipes (2006, p.31)

En el relato que Perrault renueva de la tradición oral se suprimen elementos de la historia como que el lobo invite a la niña a comerse las vísceras de la abuela y, posteriormente, quema su ropa y la invita a acostarse junto a él en la cama de la abuela. Obviamente, no es un final muy cortesano.

Otra característica del ATU 333 que le diferencia de otras es que la víctima es exclusivamente una niña y, que esta es atacada en la casa de la abuela. A partir de ese argumento se localizan en diferentes partes del mundo historias con esta estructura.

Para profundizar en los dos referentes textuales que han pervivido en nuestro imaginario, se parte de la obra de Perrault (1697) en el que el desenlace de la obra no tiene un final feliz, dado que el lobo se come a la niña. En el enlace de la Biblioteca Cervantes Virtual, encontramos dicha versión:



Los hermanos Grimm por otra parte, optaban en sus prosificaciones por un final feliz de la historia al contrario que Perrault.  En la historia de los Grimm, aparece la advertencia de la madre a la hora de dirigirse a la casa de la abuela con vino y pastel (en el de Perrault, tortas y mantequilla). Otro cambio, es la aparición del cazador (cambio que ya introdujo Ludwig Tieck en la versión teatral que creó  en 1800 y que inspiró a los Grimm) como salvador (el lobo después de comerse a Caperucita y a la abuela, se tumba en la cama a descansar, aunque se suprime la desnudez de caperucita al acostarse junto al lobo en la cama para después devorarla como en la versión de Perrault) y con el lobo tomando la ropa de la abuela para engañar a Caperucita (cosa que no sucede en el de Perrault).

La manera de acabar con el lobo es introduciéndole piedras en la barriga, después de que el cazador sacase a caperucita y a la abuela, que provocó finalmente que el lobo se cayera y muriera al portar dichas piedras. El cazador, finalmente, se quedó la piel del lobo.

También hay una extensión de la historia con otro lobo que intenta engañarla de qué camino debe tomar, pero en esta ocasión Caperucita no sigue sus indicaciones y llega a la casa de la abuela, donde el lobo aparece para comérselas. Al no acceder a la casa, espera a que Caperucita salga de noche y devorarla, pero la abuela consciente del peligro que espera en su puerta, cocina en una artesa salchichas y, el lobo hambriento al oler la comida, intentó entrar a la casa por la chimenea donde cayó en la artesa y se ahogó.

La historia completa de los hermanos Grimm la podéis encontrar en el siguiente enlace:


En definitiva, en este apartado se ofrece una sintetizada retrospectiva del origen del texto que ha perdurado en nuestro imaginario colectivo y, ha seguido evolucionando. En el siguiente apartado se señalarán diferentes representaciones de esta narrativa en la LIJ y en otros medios.

Grimm, J., Grimm, W., Martín Garzo, G., Grimm, H., Serrano, J., & Seijo Castroviejo, M. (2001). Cuentos de Grimm. Madrid: Anaya.

Perrault, C., Martín Garzo, G., Serrano, J., Eyheramonno, J., & Pascual, E. (2000). Cuentos completos de Charles Perrault. Madrid: Anaya.

Tehrani, J. J. (2013). The phylogeny of little red riding hood. PLoS ONE, 8(11). https://doi.org/10.1371/journal.pone.0078871 


Uther, H., & Dinslage, S. (2011). The types of international folktales. Helsinki: Suomalainen Tiedeakatemia.

Zipes, J. (2006). Why fairy tales stick. New York: Routledge.

viernes, 17 de enero de 2020

Caperucita roja en la LIJ


Ilustración de Laura Llorens


Una vez que el texto transmitido oralmente se prosifica y se fija a partir de la obra de Perrault y los hermanos Grimm, los cuentos populares tienen una evolución en el tiempo como señala Colomer (1999,p.82) que avanza en el s. XIX y la primera mitad del siglo XX en un “traspaso a la literatura infantil”, a una “época de rechazo” en los años 50 y 60, para a partir de los años 70 comenzar con las “reformulaciones de los cuentos populares”, como se verá en algunos ejemplos de este apartado. 

Además, la autora señala "la universalidad de sus motivos literarios, como el del enfrentamiento entre la inocencia y la debilidad con la pervesión y el poder" (p.78). El álbum ilustrado representa una nueva manera de transmisión de estos cuentos en los que el soporte de la ilustración es fundamental y no exclusivamente oral. En este sentido, la recepción del lector literario busca un disfrute que amplíe no solo sus preferencias textuales, también lo serán en su sentido estético.

En este apartado, encontraremos nuevos ejemplos de creaciones literarias partiendo de los textos tradicionales, que para nada son despreciables y nos permitirán propiciar al lector la entrada al imaginario colectivo y, una vez comparada con las renovaciones de las últimas tres décadas, establecer su propio itinerario lector pese a que como señala Colomer (1999, p.79): "la recreación de cuentos populares que forman parte del imaginario colectivo se ha llevado a cabo destruyendo muchas de las características propias del folklore para pasar a convertirlos en relatos literarios actuales". Desde su perspectiva, ambas son compatibles como se apunta al inicio del párrafo parafraseando sus aportaciones.


En este repaso encontraremos diferentes formas para la transformación de estos relatos folklóricos como especifica la autora, de siete maneras (p.80):
1. La individualización de los personajes: en este caso, veremos aventuras del lobo o de caperucita sin relación con la narrativa propia del relato literario original.
2. La concreción y modernización del contexto, situándolo en una época actual: también se encontrarán narrativas con estas características como La niña de rojo.
3. La desmitificación del héroe y del adversario: por ejemplo, la caperucita roja de Bethan Woollvin en la que la astucia de la niña predomina y es capaz de acabar con un hacha con el lobo, sin recurrir al héroe de los Grimm, el cazador o Una caperucita de Leray.
4. La utilización de estructuras narrativas complejas, tales como la introducción de historias dentro de la historiael rombo feroz puede ser un ejemplo en el que tres relatos tradicionales con el lobo de nexo, están conectados en una trama más amplia o Inventando historias de Gianni Rodari.
5. La disminución de la perspectiva omniscente en favor de la perspectiva interna y variables: la referencia implícita a la narrativa de Caperucita roja en el álbum de Anthony Browne, En el bosque.

6. La autorreferencia literaria explícita: en el caso de Entre bambalinas de Gilles Bachelet queda claro el juego explícito de las imágenes y el texto, o en El lobo hace huelga.

Su influencia está presente de muchas formas en la literatura infantil y juvenil, especialmente nos detendremos en el álbum ilustrado, desde la renovación estética del cuento de Grimm o Perrault para ajustarse a las corrientes artísticas de cada época o con el empleo de sus personajes de manera renovada sin verse sujetos exclusivamente a la narrativa original (empleando la potencia de sus imágenes instaladas en el imaginario colectivo), usando la trama pero difuminando a los personajes, empleando relaciones textuales que remiten al relato de Perrault o Grimm o bien, la renovación al completo de la historia entre estos dos personajes en una diferente.

En este análisis, una de las fuentes consultadas y que ofrece información específica sobre diferentes presencias y renovaciones en la literatura infantil y juvenil, se encuentra en el blog Donde viven los monstruos de Román Belmonte, una de las voces más longevas y activas en el fomento de la LIJ. En una entrada de 2014, titulada 1000 caperucitas hace un repaso por diferentes obras que emplean este cuento tradicional para renovarlo/reformularlo:



Pacovska, K. (2008). Caperucita roja. Madrid: Kókinos

Para no redundar en sus contenidos, que podéis consultar en este enlace, señalaré algunos de los ejemplares que han pasado por mis manos y he podido analizar, algunos de ellos en el catálogo de la Biblioteca de la Universidad de Alicante. Una de las visiones más artísticas de la versión de los hermanos Grimm es la de Kveta Pacovska (Premio Hans Christian Andersen en 1992), con esta obra transgresora que fue publicada por Kókinos en 2008. En este caso, volvemos a la renovación que señalaba Colomer anteriormente, pero el poder evocador y simbólico de las ilustraciones lleva a la narrativa tradicional a un nuevo nivel estético.

Frisch, A. & Innocenti, R. (2013). La niña de rojo. Pontevedra: Kalandraka

En sentido opuesto, La niña de rojo es la adaptación de Aaron Frisch e ilustradas por Roberto Innocenti (Premio Hans Christian Andersen en 2008) juega con los elementos en una narrativa actualizada estéticamente, pero que cuenta con los diferentes elementos del cuento tradicional. Publicado por Kalandraka en 2013.



Brenman, I. & Moriconi, R. (2014). Le telephone sans fil. Grenoble: Éditions Glénat

También hay espacios para la narración metaficcional en este álbum de Ilan Brenman magníficamente ilustrado por Renato Moriconi (autor de Bárbaro). En una simple transición mediante el cuchicheo de un mensaje que desconocemos entre diferentes personajes que conducen a un cuchicheo entre la abuela y el lobo, con la caperuza roja, para en la siguiente página encontrar al lobo disfrazado de abuela contándole el mensaje a Caperucita roja, que se lo pasará a un cazador… En la narración de imágenes hay una referencia hipertextual a la obra de Grimm.

Lawson, J. & Smith,S. (2017). Un camino de flores. Barcelona: Libros el zorro rojo

Otra utilización de los referentes es el empleo de la figura icónica de la caperuza roja en una niña como en Un camino de flores (2017) de JonArno Lawson e ilustrados por Sydney Smith. En este álbum, no hay texto y tan solo se muestra la figura icónica de la caperuza roja recogiendo flores a su paso para impregnar de color su paseo. Este uso de las flores también está conectado con la narrativa tradicional en el que Caperucita Roja se entretenía recogiendo flores por el camino que le llevaba a la casa de su abuela y, en ese lapso, el lobo tenía tiempo para hacer sus fechorías. Publicado por Libros el Zorro rojo.
Cordell, M. (2017). Wolf in the snow. New York: Feiwel and Friends
Si el anterior fue uno de los álbumes destacados de 2017 por diferentes medios de reconocido prestigio y se incluyó en la lista de mejores álbumes para niños del NY Times, Wolf in the snow de Matthew Cordell. De nuevo, se muestra la relación entre el icono de la niña con la caperuza de rojo y un lobo, en este caso un cachorro en el que se ven atrapados por una tormenta de nieve. Otro álbum sin texto, en el que se confía en el poder sugestivo de las imágenes y la iconografía de los personajes. Publicado por Macmillan Usa en 2018 y ganador de otro de los premios más relevantes en la Literatura infantil y Juvenil como es la medalla Caldecott.

Potter, B. & Oxenbury, H. (2019). Caperucita roja. Barcelona: Editorial Juventud

Una revisión del texto de Perrault realizado por Beatrix Potter y que ilustra otra de las figuras más reconocibles como Helen Oxenbury, es esta Caperucita roja (publicado por la Editorial Juventud en 2019). Se vuelve a la narrativa tradicional con el desenlace del cuento de Perrault, en este caso la niña acaba devorada por el lobo, pero este con su barriga inflada no podrá escapar de los leñadores (aunque este final, con la cara socarrona de felicidad del lobo y los leñadores a sus espaldas, no termina de ilustrarse y se deja a la imaginación lectora).

Cano, C. (1997). Te pillé caperucita. Madrid: Bruño


Munari, B. y Agostinelli, E. (2001). Caperucita roja, verde, amarilla, azul y blanca.Madrid: Anaya

Dhal, R. (1982).Cuentos en verso para niños perversos. Madrid: Alfaguara

Rodari, G. & Sanna, A. (2007). Confundiendo historias. Sevilla: Kalandraka

En esta selección tomamos como renovadores del hipotexto en un nuevo hipertexto que juega con los elementos tradicionales para construir una nueva narrativa con un tono divertido y desenfadado, con la subversión de los personajes. La obra de Carlos Cano, pensada para teatro (editada en Bruño en castellano y Premio Lazarillo en 1994) supone una nueva revisión humorística de los personajes de los cuentos tradicionales en los que Caperucita no tiene una imagen tan ingenua y, el lobo, no tiene nada de feroz y se encuentra constantemente en el centro de las acusaciones del resto de personajes y tiene una construcción más bondadosa que terrible.


En la visión de Agostinelli y Munari (publicado en castellano en 2001, verde y amarilla fueron publicadas en 1972 hasta completarlas en 1981), nos encontramos ante dos de los iconos de la ilustración infantil y, principalmente con Bruno Munari que, mediante los diferentes colores, juega con el contexto en el que nos encontramos a las diferentes caperucitas. De nuevo, la visión de la niña es renovada hacia otro papel de feminidad fuera del imaginario tradicional. Y el lobo, no puede alcanzar su objetivo en ninguno de estos contextos: el bosque, la ciudad o el mar.

No menos disparatada es la visión de otro clásico como Roald Dahl en esta colección de Cuentos en verso para niños perversos publicada en 1982 e ilustrado por Quentin Blake. En este cuento breve en verso, caperucita acaba liquidando al lobo con un revólver. Volvemos a la subversión y la transgresión de los personajes tradicionales, aunque se mantienen escenarios tradicionales y un lobo hambriento que previamente se come a la abuela, se viste como ella y espera a que se narren sus diferentes partes del cuerpo para el desenlace…inesperado.

Dentro de la colección de fábulas por teléfono de Gianni Rodari (1962), encontramos este inventando historias que posteriormente la editorial Kalandraka, en su labor de recuperación del legado del autor, convirtió en álbum ilustrado. En este caso, la fantasía se adueña de la narración que juega constantemente con la dualidad entre la narrativa del cuento tradicional con otra completamente transgresora en el que la niña, que está escuchando cómo le narra el cuento su abuelo, constantemente pide que se narre de la forma correcta. Algo que no sucederá. La figura de Rodari es icónica y recibió en 1970 el Premio Hans Christian Andersen.

Bachelet, G. (2017). Los cuentos entre bambalinas. Barcelona: Thule

Siguiendo con transgresiones, un reconocido autor e ilustrador como Gilles Bachelet en este festival del intertexto con un recopilatorio de escenas de los personajes tradicionales de los cuentos tanto tradicionales como los clásicos LIJ desde los años 50. En este caso, se vuelve a profundizar en el aspecto satírico con las relaciones entre imagen y texto típicos en su obra en el que hay un contrapunto entre texto e imagen que hace de esta obra otra de sus joyas. En la portada, tenemos a los icónicos personajes que centran este análisis, pero en su interior podemos observar al lobo feroz acudiendo al médico por una mala digestión. 
Benegas, M y Llinàs, A. (2019). ¡Si no comí nada!. Barcelona: Combel

Aspecto que comparte con el recientemente publicado de Mar Benegas, en verso, e ilustrado por Andreu Llinàs con un formato desplegable para resolver la narración de cada una de las páginas y darle continuidad. En este caso, el lobo ha engullido a los personajes de los cuentos tradicionales: abuelas, cerditos, cabritillos, leñadores y,...como no, a Caperucita roja.

Serra, A. (2001). Caperucita roja. Madrid: Narval
Otro álbum sin texto, que tan solo se basta de unas maravillosas ilustraciones es la obra de Adolfo Serra en la editorial Narval, que retoma el cuento de los hermanos Grimm para ofrecer una renovación estética en la ilustración que juega con la doble página para mostrarnos el poder combinado de una narrativa ya conocida y fijada en el imaginario literario colectivo para adaptarla a un estilo renovado.
Sourdais, C. y Perrault, C. (2013). Caperucita roja. Barcelona: Blume

Partiendo ahora de la narrativa de Perrault, Clementine Sourdais (2013) ofrece una renovación del clásico popular en formato con un álbum en formato acordeón y con la posibilidad de narrarlo mediante el empleo de sombras chinas. En este caso, concepción renovadora y trabajo de edición estupendo para primeros lectores de Blume, para acercarles a la tensión de la narrativa mediante la oscuridad.

Salomó, X. (2019). Off. Barcelona: Flamboyant

Otro juego curioso el que propone Xavier Salomó en Off, con el uso de un personaje que claramente nos remite a Caperucita roja pero para mandar un cuento con una advertencia, en este caso no sobre transitar por el bosque o encontrarnos con desconocidos, sino reflejar desde un icono visualmente tan reconocido como la niña de la caperuza roja de los riesgos de una catástrofe. En este caso, con estética más cercana al cómic, el viaje es distópico y desprovisto de los elementos tradicionales.



En resumen, el empleo de un icono de la infancia para avisar sobre los riesgos que corre el planeta. Bonita alegoría y se asemeja en el tono apocalíptico con la reformulación de los hermanos Grimm en 1995 titulada Truly Grim Tales en el que caperucita se encontraba en un mundo apocalíptico, se llamaba se llamaba Ruby en el que bestia mutantes atacaban a los humanos...

Leray, M. (2015). Una caperucita roja. Barcelona: Oceano Travesía.

Entre las caperucitas resueltas y para nada ingenuas, la historia de Marjolaine Leray en la que el encuentro entre los personajes reproduce todos los elementos clásicos, pero con una caperucita que le da un “caramelo” para el mal aliento y acabo atragantado y le dice al final: ingenuo. Bonita forma de cambiar las tornas. Como se comprueba, entramos en un multiverso de opciones, variaciones y permutaciones de elementos renovadores partiendo de una literatura tradicional.

Chabbert, I. y Guridi (2016). El enorme y malvado feroz. Madrid: Bruño
De manera opuesta, el álbum de Chabbert nos muestra otra variación con la amistad final entre la niña de la caperuza de rojo (se prescinde en el texto del empleo de Caperucita roja) y el lobo, que quiere permanecer tranquilo en el bosque sin que nadie le moleste. La niña, que es valiente, quiere entablar amistad con él y recibe las advertencias del lobo para que se marche. Un libro será el punto de unión entre los dos y acaban durmiendo la siesta juntos y abrazados. Una forma interesante de emplear el texto de Perrault hacia una imagen de reconciliación de estos personajes.

Honegger-Lavater, W. (1965). Le petit chaperon rouge. Adrien Maeght.

Un artículo de coleccionista fue la diseñada por Warja Honegger-Lavater en Le petit chaperon rouge con este álbum en formato acordeón en el que se ilustraba el valor simbólico de los personajes con formas circulares para la lectura de las imágenes. De nuevo, una obra de arte cuya primera edición en 1965 es un objeto de coleccionismo cuyas pujas o ventas de segunda mano pueden elevarse a los 500 euros. Estilísticamente hay una conexión evidente con un autor como Leo Lionni y su influyente Pequeño azul y pequeño amarillo (1959). Inicialmente, hay que señalar su carácter de obra destinada al público adulto y que tenía como contexto el ámbito artístico de los museos.

Moreno, C y Iglesias, G. (2019). El rombo feroz. Málaga: Canica books

Continuando con las formas geométricas, este compendio de los cuentos tradicionales de los tres cerditos (los tres cuadraditos), los siete cabritillos (triangulitos) y caperucita (circulita) que están conectados en sus tres narraciones mediante el lobo feroz. De nuevo, se crea una nueva narrativa partiendo de los tradicionales arcos argumentales para la transgresión del texto tradicional, en el caso de circulita roja se sigue como adaptación del cuento de los hermanos Grimm, con cazador al rescate y que dejará al lobo un hueco en su barriga que nos conducirá hasta los tres cuadraditos.

Almodóvar, A.R. y Taeger, M. (2004). La verdadera historia de caperucita roja. Sevilla: Kalandraka

Volvemos a una fórmula que pretende representar el estilo narrativo original, pero en su desenlace se formula una nueva versión en la que la niña sale de la casa para hacer sus necesidades mientras el lobo espera en la cama, momento que aprovechará para escapar y volver a su casa. El estilo de ilustraciones no es tan impactante como el de Pacovska, pero tiene una bonita manera trasladar esta narrativa desde un enfoque estético muy divertido, de belleza minimalista y esbozo casi Picassiano.

Del Mazo, M. y Salaberria, L. (2014). Feroz, el lobo. Pontevedra: OQO Editora.

La obra de Margarita del Mazo con la literatura tradicional cuenta con esta versión alocada de la historia de Caperucita roja, que recoge ese elemento automovilístico de la obra de Rodari (e incluso con la animación de Tex Avery) pero que finaliza después de muchos desencantos del lobo con una reconciliación con Caperucita roja. De nuevo, elementos que se varían y se alinean de manera que desdibujan el texto original, se adapta a su tiempo, pero sigue contando con el magnetismo de sus personajes. Faceta que Margarita del Mazo con Ángela Cabrera Molina en su visión de Hamelin (2013), premiada con merecimiento.

Mistral, G. y Valdivia, P. (2014). Caperucita roja. Barcelona: Diego Pun Ediciones.

Después de tantas tramas renovadas, momento para una traslación ilustrada al texto original de Perrault que en este caso no realiza ningún cambio sobre el original. Esto conlleva una consideración adicional, el cambio de edad recomendada de lectura que se sitúa en los 8 años. Volvemos a jugar con las consideraciones de mediación y de la manera en la que decidimos seleccionar una obra para el alumnado.

Ballesteros, X. y Olmos, R. (2000,2014). Tío Lobo. Pontevedra: Kalandraka

Historia que se recoge en el ATU 333 en la versión italiana que se comentó en el apartado anterior. En este caso, la niña no lleva caperuza y se llama Carmela. En la readaptación de este cuento tipificado en las categorías de caperucita, la niña acaba siendo devorada por el lobo, por motivos diferentes que en el texto de Perrault, pero la consideración es la siguiente: la edad recomendada es a partir de 4 años. Curioso. Esta adaptación original de Xosé Ballesteros (uno de los dos fundadores de la editorial Kalandraka), fue publicada originalmente en el año 2000 y, en 2014 fue renovada de nuevo en sus ilustraciones tan cargadas de significados ocultos en segundo plano de Roger Olmos. Con esta inclusión, se completa el ATU 333, aunque no esté presente nuestra caperucita.

Woollvin, B. (2018). Caperucita roja. Buenos Aires: UnaLuna

De nuevo, a partir de 3 años, una historia que como es habitual en las renovaciones de Bethan Woollvin (como ha hecho con Rapunzel) en la que se mantiene el carácter de la narración intocable, el lobo malvado, se come a la abuela, se mete en la cama,…hasta aquí todo parece parte del texto de los hermanos Grimm, pero Caperucita sospecha al encontrarse la puerta abierta de la casa de su abuela. Y, en este caso, es ella quien empuña el hacha cansada de la retahíla de preguntas típicas al lobo sobre sus partes del cuerpo. En este caso, la figura del cazador recae en caperucita, que termina haciéndose un abrigo con la piel del lobo. Mismos elementos, dispuestos de manera diferente.


Garner, J.F. (1995). Cuentos políticamente correctos.Barcelona:Circe

Otra revisión paródica con la trama habitual moldeada a través de observaciones y puntualizaciones sobre la figura femenina, los prejuicios y la renovación del cazador por “un operario de la industria maderera” que finalizan con el lobo de nuevo atacado por un hacha, pero en esta ocasión es la abuela la que cansada de la perorata que tenían dentro de la casa sale de la bestia y le asesta un golpe certero en la cabeza.

Ferrero, M. (2013). Lo que no vio caperucita. Zaragoza: Edelvives


En el extremo opuesto se encuentra el desvanecimiento de los aspectos escabrosos de la narración de Perrault y se opta por un tono también divertido en la relación entre los dos personajes, compartiendo impresiones que harán que los personajes tengan una voz propia y no tan condicionada por un narrador omnisciente. El lobo perseguirá el mismo objetivo, pero por el camino diferentes personajes dificultarán dicha tarea y que, finalmente, el encuentro con la abuela no será violento sino condescendiente con el lobo. El desenlace es tronchante y hace hincapié en un aspecto que suelo señalar en mis animaciones lectoras: qué vista tiene caperucita para no darse cuenta de la diferencia de un lobo travestido y su abuela.

Daly, N. (2006). La pequeña caperucita africana. Barcelona: Intermon.


En este caso, encontramos una caperucita que mantiene diferentes aspectos narrativos con los textos de Perrault y los hermanos Grimm, pero que los emplea de manera intercalada en el relato. De entrada, no hay caperuza roja y nos encontramos con una niña con un color de piel diferente a la imagen habitual. Su indumentaria, la manera de llevar el cesto aluden a otro imaginario cultural, pero la preocupación se mantiene: el peligro de hablar con desconocidos. En este caso, la niña es engañada por el señor perro que hace de lobo y usará sus prendas para confundir a la abuela que piensa que es su nieta. Finalmente, el lobo antes de que la abuela fuera cocinada en la olla (alteración del elemento de los Grimm), aparece Salma y el abuelo para asustar al lobo con motivos de un tótem y el hombre del saco. Divertida narración y con todos sus elementos cambiados de orden, pero presentes.


Browne, A. (2004). En el bosque. México: Fondo de Cultura Económica


No podía faltar este cuento de cuentos, en el que la referencia a la narrativa de Caperucita está presente en la entrega de una cesta a su abuela enferma, a la manera en que no sigue las advertencias de su madre y se adentra en el bosque y la aparición de diferentes personajes del folklore literario como Juan el de la vaca, Ricitos de oro y Hansel y Gretel (de cuya obra ya realizó una adaptación en 1981). Volvemos al suspense con la casa al final del bosque y qué encontrará allí dentro. En este caso, no será un lobo. Anthony Browne es otro icono LIJ y recibió en el año 2000 el Premio Hans Christian Andersen. Como ejemplo de la referencia de la obra, esta caperuza roja y la consideración de la inclusión de un personaje masculino encarnando esta narrativa.


Como coda, dos imágenes de El túnel (1989) donde el árbol, con su aspecto de lobo, amplía la relación de la imagen con el texto de Caperucita roja y el hacha del cazador. Un genio.


Homenaje a la Caperucita de Walter Crane



Pernaudet, C. y Chebret, S. (2016). El lobo hace huelga. Barcelona: Editorial Juventud
El lobo, en esta ocasión, está cansado de ser el centro de los conflictos en el mundo de los cuentos tradicionales y decide dejar su papel de villano que acaba mal parado (en este caso, la referencia sería a los hermanos Grimm y no a Perrault, donde su naturaleza depredadora vence). Un festival de referencias a los relatos tradicionales y una moraleja final: la necesidad de un villano en la estructura narrativa. Y por mi experiencia en el aula de infantil, desde los dos años están enamorados de los cuentos de lobos.

Maestro, P. y Tanco, M. (2015). Caperucita roja. Zaragoza: Edelvives.

De nuevo, reinterpretaciones. En este caso, la editorial Edelvives realiza una colección de adaptaciones que cuenta con una transformación de Caperucita a la que modela sin la tradicional caperuza roja y se limita a un pañuelo. El escenario es nómada al fijarse el autor en la cultura zíngara, así la casa de la abuela pasa a estar en un carromato.

Serrano Burgos, P. y Azábal Domínguez, M. (2017). Lobo solo buscaba wifi. León, Amigos de papel.

De una caperucita errante, a un lobo en búsqueda de wifi (no encontraba la solución en línea para curar su hipo) en la casa de la abuela, que era su vecina. En esta narrativa disparatada, comienza un camino en el que se encuentra con caperucita roja cantarina y, usa de nuevo el recurso del engaño para aparecer en la casa de la abuela (pero no para comérsela) sino para colarse en la casa y consultar los resultados. En esta ocasión, vuelve la figura del cazador y el lobo sigue en su búsqueda de wifi en casa de otros personajes clásicos. Divertida reinterpretación.
Young, E. (1989). Lon Po Po: a red riding hood story from China. Scholastic

Álbum premiado con la medalla Caldecott que cambia las coordenadas geográficas para contar la historia de una madre que salió de casa para ir a ver a la abuela (Po po), que era su cumpleaños, dejando a sus tres hijas solas en casa. En ese momento, el lobo que la vio partir decidió disfrazarse para engañar a las niñas y entrar en la casa. Las preguntas de las niñas le cuestionan sobre su voz, pero le abren la puerta. Hasta este momento, parece más otra tipología de cuentos como el ATU 123, pero después se repiten las fórmulas de cuestionamiento sobre su vestimenta y, consiguen escapar de él escondiéndose en un árbol. Finalmente, la astucia de las tres pequeñas hace que el peligro desaparezca (recordando a la rondalla del gat i la rabossa).
Moon, S. (1984). Little red riding hood. (portada edición 2002 de Creative Co)
Posiblemente el álbum más transgresor de todos y que pone el foco en el aspecto narrativo de Perrault sobre el asalto y el abuso del lobo sobre la niña. Su estética con fotografías y con un estilo que comparte una clara referencia con su tiempo, época de post-punk y contracultura (la no wave). Un objeto literario de oscuro deseo.

Hendricks, M. y Grobler, P. (2004). Makwelane and the crocodile. Human & Rosseau

Historia de una niña que debe visitar a su abuelita y que en el camino debe evitar encontrarse con el terrible cocodrilo… (¿es la misma vieja historia?).



Bertier, A. (1995). Mon Loup. (edición 2010 de Grandir)
Finalmente, una historia de amor.http://annebertier.fr/mon-loup/

Martin Gaite, C. (2001). Madrid: Caperucita en Manhattan. Siruela.


Como extensión, algunos ejemplos adicionales recuperados del enlace señalado y de la página La mar de libros y su entrada Mil y una versiones de caperucita roja, en la que distingue las versiones de Perrault, Grimm y las renovadas:https://lamardelibros.wordpress.com/2018/04/10/mil-y-una-versiones-del-cuento-de-caperucita-roja/

Moral Ruz, M.D. y García Sánchez, S. (2015). Caperucita roja. Madrid: Dibbuks

Antón del Blanco, M. del M. y Núñez, L. (2002). Una rica merienda. SM

Cruz Iguerabide, J. y Solé Vendrell, C. (2003). Caperucita y la abuela feroz. Barcelona: Edebé.

Serres, A. y Perrin, C. (2012). Capublicita roja. SM.

Perles, P. (2010). Caperucita roja. MIC. (*versión de Perrault)

Miura, T y Ferrer Azcoiti, V.(2006). Érase 21 veces caperucita roja. Valencia: Media Vaca.
(*21 historias, que comienzan con la versión de Perrault)
Anholt, L. y Robins, A. (1999). El lobito caperucito. Altea
Lluch, E. y Corral, J. (2014). Caperucita y el lobo bobo. Algar.
Rubio, A.L. (2017). El lobo y caperucita: La historia jamás contada. Ediciones B
Ramos, M. (2012). El más listo. Barcelona: Corimbo.

Deneux, X. (2017). Caperucita roja. Barcelona: Combel.
Traini, A. (2017). El caperucito rojo. Barcelona: Picarona
Battut, E (2018). Caperucita roja. Barcelona: Editorial Juventud.(*versión Perrault)
VV.AA (2005). El gran libro del lobo feroz. Barcelona: Juventud.
(*colección de cuentos con el lobo como protagonista y versión de Perrault)
VV.AA. (2011). Caperucita Roja. Madrid: Nórdica Libros.
(*las tres versiones: Perrault, Grimm y Tieck)
Murillo, L. y Ordás, E. (2014). Cadavercita roja. Valencia: Algar
Grimm,W. y Grimm, J. (2007). Y recuerda… Milimbo. http://www.milimbo.com/index.php/editorial/y-recuerda/
(*proyecto de diseño en cartón que comprende una colección de clásicos)
Rowe, Louise & Rodrigo, Javier. Caperucita Roja. Ed. La Osa Menor.
Martín Vidal, B. (2013). Little Red. Logos 
Martín Vidal, B. (2010). Caperucita roja. Oxford (*texto de los Grimm)


Sennell, J. y Fillela, L. (1994). L’últim llop de la Cerdanya.

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Pescetti, L. M. (2002). Caperucita roja: (tal y como se la contaron a Jorge). Madrid: Alfaguara


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Held, J. (1989). ¡Qué lobo más raro! Anaya



Cano, C. (2002). Caperucita de colores. Madrid: Bruño


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La selección se ha completado mediante el catálogo de la Biblioteca de Educación de la Universidad de Alicante y buscando en librerías online el término “caperucita roja”. Finalmente, un guiño a Tomi Ungerer que no puede faltar su humor punzante en la LIJ.