Ilustración de Laura Llorens
En
este apartado se hará referencia a los precedentes y orígenes de Caperucita
roja en la literatura, desde su origen oral hasta la fijación del texto a
través de las prosificaciones de Perrault y los hermanos Grimm. Este repaso no
puede estar completo sin una conceptualización previa para el resto de las
investigaciones: el hipotexto como el texto original al que se hace referencia.
Mendoza y su definición de intertexto lector nos delimita este texto original
(hipotexto) en relación con un hipertexto (el texto que leemos) y que el lector
con un bagaje literario relaciona y conecta (como se señalaba en el apartado de
definiciones). El enlace al artículo se encuentra pinchando en este enlace para
clarificar en caso de dudas: enlace.
Para
comprender el lugar del relato de Caperucita roja en el contexto señalado, Tehrani
(2013) apunta que la tipología ATU del cuento de Caperucita Roja se corresponde
con el número 333 que, además lleva el nombre de caperucita roja, y como este
tipo de esquema narrativo e historia se encuentra presente en diferentes
culturas y países formando parte de su folclore literario, que después el
contexto fue dando forma y clasificando en “ecotipos”. Desde la
publicación en 1697 por Perrault en Francia (Le Chaperon Rouge) hasta la
renovación de este por los hermanos Grimm (1812, como Rotkäppchen) se ha
producido una evolución y renovación de este cuento de hadas que nos conduce
hasta la literatura infantil y juvenil readaptando dicha historia.
En
la tipología 333 del índice ATU, se recogen las características actualizadas en
la edición de Uther (2011, pp.224-225), en las que se recoge que la versión que
fija esta tipología es la de Perrault en 1697, así como sus posibles
variaciones y los enlaces con el índice 123, como en el artículo de Tehrani
(2013) se trata de señalar que aunque se confundan en ocasiones, las tipologías
de relatos están diferenciadas.
En esta tipología se incluyen variantes como la
italiana (la niña se llama Catarinella, Caterina o Cattarinetta), la historia se basa en una mujer que va a hornear
pasteles, manda a su hija a por una sartén. La persona que debe dejarle esta
sartén para cocinar es un ogro (bruja o lobo) y le pide a la niña que le
devuelva la sartén con algunos pasteles y vino. Una vez cocinados los pasteles,
la niña debe devolverle la sartén con algunos pasteles y una botella de vino,
pero en el camino hacia la casa del lobo/ogro/bruja se los come y los reemplaza
por boñigas y orina. Enfadado por este cambio, el ogro/lobo/bruja la persigue
hasta su casa y se la come. Este tipo era anteriormente el tipo 333A y, se
corresponde con uno de los álbumes ilustrados que recuperó la editorial
Kalandraka bajo el nombre de Tío Lobo.
Dentro
de la tipología 333, está la variante 333B, aunque se ha tipificado de manera
diferente como 334 y el título la casa de la bruja. En este, la niña no hace
caso a las advertencias de animales que tratan de ayudarla y visita a su abuela
que es una caníbal. La niña se encuentra con un montón de evidencias terribles
(una valla de huesos, un barril de sangre y su abuela con una cabeza de
animal). Cuando la niña le pregunta a su abuela todo aquello que ha visto, es
devorada.
Fuente:
Tehrani (2013, p.4)
En
el artículo de Tehrani (2013) se realiza un estudio filogenético que nos
conduce por los orígenes de este cuento que Perrault adaptó (también para
adaptarse a su público en la Corte, que era el lector potencial de estas historias
en un momento en el que la mayoría de la población no estaba alfabetizada:
recordamos que la obra data del siglo XVII). Uno de los orígenes a los que se alude
es La historia de la abuela y sus diferentes versiones que se
transmitieron oralmente en el ámbito rural de Francia, Austria y el norte de
Italia, aunque esta historia estaba recogida antes de la obra de Perrault.
Otro
punto de partida que señala el autor data del siglo XI de un poema escrito en
latín por Egbert de Lieja (en la obra Fecunda Ratis) como señala Zipes
(2006), ofreciendo una historia similar a la de Caperucita
roja que circulaba en Europa en la época medieval. En este poema se narra la
historia de una niña que anda por el bosque vistiendo una túnica roja de
bautismo que le entregó su padrino y, en el bosque, se encuentra con un lobo
que intenta llevársela a su guarida y la niña intenta escaparse domesticando a
los cachorros del lobo.
Fuente: Zipes (2006, p.31)
En el relato que Perrault renueva de la tradición oral
se suprimen elementos de la historia como que el lobo invite a la niña a
comerse las vísceras de la abuela y, posteriormente, quema su ropa y la invita
a acostarse junto a él en la cama de la abuela. Obviamente, no es un final muy cortesano.
Otra
característica del ATU 333 que le diferencia de otras es que la víctima es
exclusivamente una niña y, que esta es atacada en la casa de la abuela. A
partir de ese argumento se localizan en diferentes partes del mundo historias con
esta estructura.
Para
profundizar en los dos referentes textuales que han pervivido en nuestro
imaginario, se parte de la obra de Perrault (1697) en el que el desenlace de la
obra no tiene un final feliz, dado que el lobo se come a la niña. En el enlace
de la Biblioteca Cervantes Virtual, encontramos dicha versión:
Los
hermanos Grimm por otra parte, optaban en sus prosificaciones por un final
feliz de la historia al contrario que Perrault. En la historia de los Grimm, aparece la
advertencia de la madre a la hora de dirigirse a la casa de la abuela con vino
y pastel (en el de Perrault, tortas y mantequilla). Otro cambio, es la
aparición del cazador (cambio que ya introdujo Ludwig Tieck en la versión teatral que creó en 1800 y que inspiró a los Grimm) como salvador (el lobo después de comerse a Caperucita y
a la abuela, se tumba en la cama a descansar, aunque se suprime la desnudez de
caperucita al acostarse junto al lobo en la cama para después devorarla como en
la versión de Perrault) y con el lobo tomando la ropa de la abuela para engañar
a Caperucita (cosa que no sucede en el de Perrault).
La
manera de acabar con el lobo es introduciéndole piedras en la barriga, después
de que el cazador sacase a caperucita y a la abuela, que provocó finalmente que
el lobo se cayera y muriera al portar dichas piedras. El cazador, finalmente,
se quedó la piel del lobo.
También
hay una extensión de la historia con otro lobo que intenta engañarla de qué
camino debe tomar, pero en esta ocasión Caperucita no sigue sus indicaciones y
llega a la casa de la abuela, donde el lobo aparece para comérselas. Al no
acceder a la casa, espera a que Caperucita salga de noche y devorarla, pero la
abuela consciente del peligro que espera en su puerta, cocina en una artesa salchichas
y, el lobo hambriento al oler la comida, intentó entrar a la casa por la chimenea
donde cayó en la artesa y se ahogó.
La historia completa de los hermanos Grimm la podéis encontrar en el siguiente enlace:
En
definitiva, en este apartado se ofrece una sintetizada retrospectiva del origen
del texto que ha perdurado en nuestro imaginario colectivo y, ha seguido
evolucionando. En el siguiente apartado se señalarán diferentes
representaciones de esta narrativa en la LIJ y en otros medios.
Grimm,
J., Grimm, W., Martín Garzo, G., Grimm, H., Serrano, J., & Seijo
Castroviejo, M. (2001). Cuentos de Grimm. Madrid: Anaya.
Perrault,
C., Martín Garzo, G., Serrano, J., Eyheramonno, J., & Pascual, E.
(2000). Cuentos completos de Charles Perrault. Madrid: Anaya.
Tehrani, J. J. (2013). The phylogeny of little red
riding hood. PLoS ONE, 8(11).
https://doi.org/10.1371/journal.pone.0078871
Uther, H., & Dinslage, S. (2011). The
types of international folktales. Helsinki: Suomalainen
Tiedeakatemia.
Zipes, J. (2006). Why fairy tales stick. New
York: Routledge.
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