Ilustración de Laura Llorens
Una
vez que el texto transmitido oralmente se prosifica y se fija a partir de la
obra de Perrault y los hermanos Grimm, los cuentos populares tienen una
evolución en el tiempo como señala Colomer (1999,p.82) que avanza en el s. XIX
y la primera mitad del siglo XX en un “traspaso a la literatura infantil”,
a una “época de rechazo” en los años 50 y 60, para a partir de los años
70 comenzar con las “reformulaciones de los cuentos populares”, como se
verá en algunos ejemplos de este apartado.
Además, la autora señala "la universalidad de sus motivos literarios, como el del enfrentamiento entre la inocencia y la debilidad con la pervesión y el poder" (p.78). El álbum ilustrado representa una nueva manera de transmisión de estos cuentos en los que el soporte de la ilustración es fundamental y no exclusivamente oral. En este sentido, la recepción del lector literario busca un disfrute que amplíe no solo sus preferencias textuales, también lo serán en su sentido estético.
En este apartado, encontraremos nuevos ejemplos de creaciones literarias partiendo de los textos tradicionales, que para nada son despreciables y nos permitirán propiciar al lector la entrada al imaginario colectivo y, una vez comparada con las renovaciones de las últimas tres décadas, establecer su propio itinerario lector pese a que como señala Colomer (1999, p.79): "la recreación de cuentos populares que forman parte del imaginario colectivo se ha llevado a cabo destruyendo muchas de las características propias del folklore para pasar a convertirlos en relatos literarios actuales". Desde su perspectiva, ambas son compatibles como se apunta al inicio del párrafo parafraseando sus aportaciones.
Su influencia está presente de muchas formas en la literatura infantil y juvenil, especialmente nos detendremos en el álbum ilustrado, desde la renovación estética del cuento de Grimm o Perrault para ajustarse a las corrientes artísticas de cada época o con el empleo de sus personajes de manera renovada sin verse sujetos exclusivamente a la narrativa original (empleando la potencia de sus imágenes instaladas en el imaginario colectivo), usando la trama pero difuminando a los personajes, empleando relaciones textuales que remiten al relato de Perrault o Grimm o bien, la renovación al completo de la historia entre estos dos personajes en una diferente.
Además, la autora señala "la universalidad de sus motivos literarios, como el del enfrentamiento entre la inocencia y la debilidad con la pervesión y el poder" (p.78). El álbum ilustrado representa una nueva manera de transmisión de estos cuentos en los que el soporte de la ilustración es fundamental y no exclusivamente oral. En este sentido, la recepción del lector literario busca un disfrute que amplíe no solo sus preferencias textuales, también lo serán en su sentido estético.
En este apartado, encontraremos nuevos ejemplos de creaciones literarias partiendo de los textos tradicionales, que para nada son despreciables y nos permitirán propiciar al lector la entrada al imaginario colectivo y, una vez comparada con las renovaciones de las últimas tres décadas, establecer su propio itinerario lector pese a que como señala Colomer (1999, p.79): "la recreación de cuentos populares que forman parte del imaginario colectivo se ha llevado a cabo destruyendo muchas de las características propias del folklore para pasar a convertirlos en relatos literarios actuales". Desde su perspectiva, ambas son compatibles como se apunta al inicio del párrafo parafraseando sus aportaciones.
En
este repaso encontraremos diferentes formas para la transformación de estos
relatos folklóricos como especifica la autora, de siete maneras (p.80):
1.
La individualización de los personajes: en este caso,
veremos aventuras del lobo o de caperucita sin relación con la narrativa propia
del relato literario original.
2.
La concreción y modernización del contexto, situándolo en una época actual:
también se encontrarán narrativas con estas características como La
niña de rojo.
3.
La desmitificación del héroe y del adversario: por ejemplo, la
caperucita roja de Bethan Woollvin en la que la astucia de la niña predomina y
es capaz de acabar con un hacha con el lobo, sin recurrir al héroe de los
Grimm, el cazador o Una caperucita de Leray.
4.
La utilización de estructuras narrativas complejas, tales como la introducción
de historias dentro de la historia: el rombo feroz puede
ser un ejemplo en el que tres relatos tradicionales con el lobo de nexo, están
conectados en una trama más amplia o Inventando historias de
Gianni Rodari.
5.
La disminución de la perspectiva omniscente en favor de la perspectiva interna
y variables: la referencia implícita a la narrativa
de Caperucita roja en el álbum de Anthony Browne, En el bosque.
6.
La autorreferencia literaria explícita: en el caso de Entre
bambalinas de Gilles Bachelet queda claro el juego explícito de las
imágenes y el texto, o en El lobo hace huelga.
Su influencia está presente de muchas formas en la literatura infantil y juvenil, especialmente nos detendremos en el álbum ilustrado, desde la renovación estética del cuento de Grimm o Perrault para ajustarse a las corrientes artísticas de cada época o con el empleo de sus personajes de manera renovada sin verse sujetos exclusivamente a la narrativa original (empleando la potencia de sus imágenes instaladas en el imaginario colectivo), usando la trama pero difuminando a los personajes, empleando relaciones textuales que remiten al relato de Perrault o Grimm o bien, la renovación al completo de la historia entre estos dos personajes en una diferente.
En
este análisis, una de las fuentes consultadas y que ofrece información
específica sobre diferentes presencias y renovaciones en la literatura infantil
y juvenil, se encuentra en el blog Donde viven los monstruos de Román Belmonte,
una de las voces más longevas y activas en el fomento de la LIJ. En una entrada
de 2014, titulada 1000 caperucitas hace un repaso por diferentes obras que
emplean este cuento tradicional para renovarlo/reformularlo:
Pacovska, K. (2008). Caperucita
roja. Madrid: Kókinos
Para
no redundar en sus contenidos, que podéis consultar en este enlace, señalaré algunos de los ejemplares que han
pasado por mis manos y he podido analizar, algunos de ellos en el catálogo de
la Biblioteca de la Universidad de Alicante. Una de las visiones más artísticas
de la versión de los hermanos Grimm es la de Kveta Pacovska (Premio Hans Christian Andersen en 1992), con esta obra transgresora que fue publicada por Kókinos
en 2008. En este caso, volvemos a la renovación que señalaba Colomer anteriormente,
pero el poder evocador y simbólico de las ilustraciones lleva a la narrativa
tradicional a un nuevo nivel estético.
Frisch, A. & Innocenti, R. (2013). La
niña de rojo. Pontevedra: Kalandraka
En
sentido opuesto, La niña de rojo es la adaptación de Aaron Frisch e
ilustradas por Roberto Innocenti (Premio Hans Christian Andersen en 2008) juega
con los elementos en una narrativa actualizada estéticamente, pero que cuenta
con los diferentes elementos del cuento tradicional. Publicado por Kalandraka
en 2013.
Brenman,
I. & Moriconi, R. (2014). Le telephone sans fil. Grenoble: Éditions
Glénat
También
hay espacios para la narración metaficcional en este álbum de Ilan Brenman
magníficamente ilustrado por Renato Moriconi (autor de Bárbaro). En una
simple transición mediante el cuchicheo de un mensaje que desconocemos entre
diferentes personajes que conducen a un cuchicheo entre la abuela y el lobo,
con la caperuza roja, para en la siguiente página encontrar al lobo disfrazado
de abuela contándole el mensaje a Caperucita roja, que se lo pasará a un
cazador… En la narración de imágenes hay una referencia hipertextual a la obra
de Grimm.
Lawson, J. & Smith,S. (2017). Un
camino de flores. Barcelona: Libros el zorro rojo
Otra
utilización de los referentes es el empleo de la figura icónica de la caperuza
roja en una niña como en Un camino de flores (2017) de JonArno Lawson e
ilustrados por Sydney Smith. En este álbum, no hay texto y tan solo se muestra
la figura icónica de la caperuza roja recogiendo flores a su paso para impregnar
de color su paseo. Este uso de las flores también está conectado con la
narrativa tradicional en el que Caperucita Roja se entretenía recogiendo flores
por el camino que le llevaba a la casa de su abuela y, en ese lapso, el lobo
tenía tiempo para hacer sus fechorías. Publicado por Libros el Zorro rojo.
Cordell, M. (2017). Wolf in the snow. New York: Feiwel
and Friends
Si
el anterior fue uno de los álbumes destacados de 2017 por diferentes medios de
reconocido prestigio y se incluyó en la lista de mejores álbumes para niños del
NY Times, Wolf in the snow de Matthew Cordell. De nuevo, se muestra la
relación entre el icono de la niña con la caperuza de rojo y un lobo, en este
caso un cachorro en el que se ven atrapados por una tormenta de nieve. Otro
álbum sin texto, en el que se confía en el poder sugestivo de las imágenes y la
iconografía de los personajes. Publicado por Macmillan Usa en 2018 y ganador de
otro de los premios más relevantes en la Literatura infantil y Juvenil como es
la medalla Caldecott.
Potter,
B. & Oxenbury, H. (2019). Caperucita roja. Barcelona: Editorial Juventud
Una
revisión del texto de Perrault realizado por Beatrix Potter y que ilustra otra
de las figuras más reconocibles como Helen Oxenbury, es esta Caperucita roja
(publicado por la Editorial Juventud en 2019). Se vuelve a la narrativa
tradicional con el desenlace del cuento de Perrault, en este caso la niña acaba
devorada por el lobo, pero este con su barriga inflada no podrá escapar de los leñadores
(aunque este final, con la cara socarrona de felicidad del lobo y los leñadores
a sus espaldas, no termina de ilustrarse y se deja a la imaginación lectora).
Cano, C. (1997). Te pillé caperucita. Madrid: Bruño
Munari, B. y Agostinelli, E. (2001). Caperucita roja, verde, amarilla, azul y blanca.Madrid: Anaya
Dhal, R. (1982).Cuentos en verso para niños perversos. Madrid: Alfaguara
Rodari, G. & Sanna, A. (2007). Confundiendo historias. Sevilla: Kalandraka
En
esta selección tomamos como renovadores del hipotexto en un nuevo hipertexto
que juega con los elementos tradicionales para construir una nueva narrativa
con un tono divertido y desenfadado, con la subversión de los personajes. La
obra de Carlos Cano, pensada para teatro (editada en Bruño en castellano y
Premio Lazarillo en 1994) supone una nueva revisión humorística de los
personajes de los cuentos tradicionales en los que Caperucita no tiene una
imagen tan ingenua y, el lobo, no tiene nada de feroz y se encuentra
constantemente en el centro de las acusaciones del resto de personajes y tiene
una construcción más bondadosa que terrible.
En
la visión de Agostinelli y Munari (publicado en castellano en 2001, verde y
amarilla fueron publicadas en 1972 hasta completarlas en 1981), nos encontramos
ante dos de los iconos de la ilustración infantil y, principalmente con Bruno
Munari que, mediante los diferentes colores, juega con el contexto en el que
nos encontramos a las diferentes caperucitas. De nuevo, la visión de la niña es
renovada hacia otro papel de feminidad fuera del imaginario tradicional. Y el
lobo, no puede alcanzar su objetivo en ninguno de estos contextos: el bosque,
la ciudad o el mar.
No
menos disparatada es la visión de otro clásico como Roald Dahl en esta
colección de Cuentos en verso para niños perversos publicada en 1982 e
ilustrado por Quentin Blake. En este cuento breve en verso,
caperucita acaba liquidando al lobo con un revólver. Volvemos a la subversión y
la transgresión de los personajes tradicionales, aunque se mantienen escenarios
tradicionales y un lobo hambriento que previamente se come a la abuela, se
viste como ella y espera a que se narren sus diferentes partes del cuerpo para
el desenlace…inesperado.
Dentro
de la colección de fábulas por teléfono de Gianni Rodari (1962), encontramos
este inventando historias que posteriormente la editorial Kalandraka, en su labor
de recuperación del legado del autor, convirtió en álbum ilustrado. En este
caso, la fantasía se adueña de la narración que juega constantemente con la
dualidad entre la narrativa del cuento tradicional con otra completamente transgresora
en el que la niña, que está escuchando cómo le narra el cuento su abuelo,
constantemente pide que se narre de la forma correcta. Algo que no sucederá. La
figura de Rodari es icónica y recibió en 1970 el Premio Hans Christian
Andersen.
Bachelet, G. (2017). Los cuentos entre bambalinas. Barcelona: Thule
Siguiendo
con transgresiones, un reconocido autor e ilustrador como Gilles Bachelet en
este festival del intertexto con un recopilatorio de escenas de los personajes
tradicionales de los cuentos tanto tradicionales como los clásicos LIJ desde
los años 50. En este caso, se vuelve a profundizar en el aspecto satírico con
las relaciones entre imagen y texto típicos en su obra en el que hay un
contrapunto entre texto e imagen que hace de esta obra otra de sus joyas. En la portada, tenemos a los icónicos personajes que centran este análisis, pero en su interior podemos observar al lobo feroz acudiendo al médico por una mala digestión.
Benegas, M y Llinàs, A. (2019). ¡Si no comí nada!. Barcelona: Combel
Aspecto que comparte con el recientemente publicado de Mar Benegas, en verso, e ilustrado por Andreu Llinàs con un formato desplegable para resolver la narración de cada una de las páginas y darle continuidad. En este caso, el lobo ha engullido a los personajes de los cuentos tradicionales: abuelas, cerditos, cabritillos, leñadores y,...como no, a Caperucita roja.
Serra, A. (2001). Caperucita roja. Madrid: Narval
Otro
álbum sin texto, que tan solo se basta de unas maravillosas ilustraciones es la
obra de Adolfo Serra en la editorial Narval, que retoma el cuento de los
hermanos Grimm para ofrecer una renovación estética en la ilustración que juega
con la doble página para mostrarnos el poder combinado de una narrativa ya
conocida y fijada en el imaginario literario colectivo para adaptarla a un
estilo renovado.
Sourdais, C. y Perrault, C. (2013). Caperucita roja. Barcelona: Blume
Partiendo
ahora de la narrativa de Perrault, Clementine Sourdais (2013) ofrece una renovación
del clásico popular en formato con un álbum en formato acordeón y con la posibilidad
de narrarlo mediante el empleo de sombras chinas. En este caso, concepción
renovadora y trabajo de edición estupendo para primeros lectores de Blume, para acercarles a la tensión de la narrativa mediante la oscuridad.
Salomó, X. (2019). Off. Barcelona: Flamboyant
Otro
juego curioso el que propone Xavier Salomó en Off, con el uso de un personaje
que claramente nos remite a Caperucita roja pero para mandar un cuento con una
advertencia, en este caso no sobre transitar por el bosque o encontrarnos con
desconocidos, sino reflejar desde un icono visualmente tan reconocido como la
niña de la caperuza roja de los riesgos de una catástrofe. En este caso, con estética más cercana al cómic, el
viaje es distópico y desprovisto de los elementos tradicionales.
En resumen, el empleo de un icono de la infancia para avisar sobre los riesgos que corre el planeta. Bonita alegoría y se asemeja en el tono apocalíptico con la reformulación de los hermanos Grimm en 1995 titulada Truly Grim Tales en el que caperucita se encontraba en un mundo apocalíptico, se llamaba se llamaba Ruby en el que bestia mutantes atacaban a los humanos...
En resumen, el empleo de un icono de la infancia para avisar sobre los riesgos que corre el planeta. Bonita alegoría y se asemeja en el tono apocalíptico con la reformulación de los hermanos Grimm en 1995 titulada Truly Grim Tales en el que caperucita se encontraba en un mundo apocalíptico, se llamaba se llamaba Ruby en el que bestia mutantes atacaban a los humanos...
Leray, M. (2015). Una caperucita roja. Barcelona: Oceano Travesía.
Entre
las caperucitas resueltas y para nada ingenuas, la historia de Marjolaine Leray
en la que el encuentro entre los personajes reproduce todos los elementos
clásicos, pero con una caperucita que le da un “caramelo” para el mal aliento y
acabo atragantado y le dice al final: ingenuo. Bonita forma de cambiar las
tornas. Como se comprueba, entramos en un multiverso de opciones, variaciones y permutaciones de elementos renovadores partiendo de una literatura tradicional.
Chabbert, I. y Guridi (2016). El enorme y malvado feroz. Madrid: Bruño
De
manera opuesta, el álbum de Chabbert nos muestra otra variación con la amistad
final entre la niña de la caperuza de rojo (se prescinde en el texto del empleo
de Caperucita roja) y el lobo, que quiere permanecer tranquilo en el bosque sin
que nadie le moleste. La niña, que es valiente, quiere entablar amistad con él
y recibe las advertencias del lobo para que se marche. Un libro será el punto
de unión entre los dos y acaban durmiendo la siesta juntos y abrazados. Una
forma interesante de emplear el texto de Perrault hacia una imagen de
reconciliación de estos personajes.
Honegger-Lavater,
W. (1965). Le petit chaperon rouge. Adrien Maeght.
Un
artículo de coleccionista fue la diseñada por Warja Honegger-Lavater en Le
petit chaperon rouge con este álbum en formato acordeón en el que se ilustraba
el valor simbólico de los personajes con formas circulares para la lectura de
las imágenes. De nuevo, una obra de arte cuya primera edición en 1965 es un
objeto de coleccionismo cuyas pujas o ventas de segunda mano pueden elevarse a
los 500
euros. Estilísticamente hay una conexión evidente con un autor como Leo Lionni y su influyente Pequeño azul y pequeño amarillo (1959). Inicialmente, hay que señalar su carácter de obra destinada al público adulto y que tenía como contexto el ámbito artístico de los museos.
Moreno,
C y Iglesias, G. (2019). El rombo feroz. Málaga: Canica books
Continuando
con las formas geométricas, este compendio de los cuentos tradicionales de los tres
cerditos (los tres cuadraditos), los siete cabritillos (triangulitos) y
caperucita (circulita) que están conectados en sus tres narraciones mediante el
lobo feroz. De nuevo, se crea una nueva narrativa partiendo de los
tradicionales arcos argumentales para la transgresión del texto tradicional, en el caso de circulita roja se sigue como adaptación del cuento de los hermanos Grimm, con cazador al rescate y que dejará al lobo un hueco en su barriga que nos conducirá hasta los tres cuadraditos.
Almodóvar,
A.R. y Taeger, M. (2004). La verdadera historia de caperucita roja. Sevilla: Kalandraka
Volvemos
a una fórmula que pretende representar el estilo narrativo original, pero en su
desenlace se formula una nueva versión en la que la niña sale de la casa para
hacer sus necesidades mientras el lobo espera en la cama, momento que
aprovechará para escapar y volver a su casa. El estilo de ilustraciones no es tan impactante como el de Pacovska, pero tiene una bonita manera trasladar esta narrativa desde un enfoque estético muy divertido, de belleza minimalista y esbozo casi Picassiano.
Del
Mazo, M. y Salaberria, L. (2014). Feroz, el lobo. Pontevedra: OQO Editora.
La
obra de Margarita del Mazo con la literatura tradicional cuenta con esta
versión alocada de la historia de Caperucita roja, que recoge ese elemento
automovilístico de la obra de Rodari (e incluso con la animación de Tex Avery) pero
que finaliza después de muchos desencantos del lobo con una reconciliación con
Caperucita roja. De nuevo, elementos que se varían y se alinean de manera que
desdibujan el texto original, se adapta a su tiempo, pero sigue contando con el
magnetismo de sus personajes. Faceta que Margarita del Mazo con Ángela Cabrera
Molina en su visión de Hamelin (2013), premiada con merecimiento.
Mistral,
G. y Valdivia, P. (2014). Caperucita roja. Barcelona: Diego Pun Ediciones.
Después
de tantas tramas renovadas, momento para una traslación ilustrada al texto
original de Perrault que en este caso no realiza ningún cambio sobre el
original. Esto conlleva una consideración adicional, el cambio de edad
recomendada de lectura que se sitúa en los 8 años. Volvemos a jugar con las
consideraciones de mediación y de la manera en la que decidimos seleccionar una
obra para el alumnado.
Ballesteros,
X. y Olmos, R. (2000,2014). Tío Lobo. Pontevedra: Kalandraka
Historia
que se recoge en el ATU 333 en la versión italiana que se comentó en el
apartado anterior. En este caso, la niña no lleva caperuza y se llama Carmela.
En la readaptación de este cuento tipificado en las categorías de caperucita,
la niña acaba siendo devorada por el lobo, por motivos diferentes que en el
texto de Perrault, pero la consideración es la siguiente: la edad recomendada
es a partir de 4 años. Curioso. Esta adaptación original de Xosé Ballesteros (uno
de los dos fundadores de la editorial Kalandraka), fue publicada originalmente
en el año 2000 y, en 2014 fue renovada de nuevo en sus ilustraciones tan
cargadas de significados ocultos en segundo plano de Roger Olmos. Con esta
inclusión, se completa el ATU 333, aunque no esté presente nuestra caperucita.
Woollvin,
B. (2018). Caperucita roja. Buenos Aires: UnaLuna
De
nuevo, a partir de 3 años, una historia que como es habitual en las
renovaciones de Bethan Woollvin (como ha hecho con Rapunzel) en la que
se mantiene el carácter de la narración intocable, el lobo malvado, se come a
la abuela, se mete en la cama,…hasta aquí todo parece parte del texto de los
hermanos Grimm, pero Caperucita sospecha al encontrarse la puerta abierta de la
casa de su abuela. Y, en este caso, es ella quien empuña el hacha cansada de la
retahíla de preguntas típicas al lobo sobre sus partes del cuerpo. En este
caso, la figura del cazador recae en caperucita, que termina haciéndose un
abrigo con la piel del lobo. Mismos elementos, dispuestos de manera diferente.
Garner,
J.F. (1995). Cuentos políticamente correctos.Barcelona:Circe
Otra
revisión paródica con la trama habitual moldeada a través de observaciones y
puntualizaciones sobre la figura femenina, los prejuicios y la renovación del
cazador por “un operario de la industria maderera” que finalizan con el lobo de
nuevo atacado por un hacha, pero en esta ocasión es la abuela la que cansada de
la perorata que tenían dentro de la casa sale de la bestia y le asesta un golpe
certero en la cabeza.
Ferrero,
M. (2013). Lo que no vio caperucita. Zaragoza: Edelvives
En
el extremo opuesto se encuentra el desvanecimiento de los aspectos escabrosos
de la narración de Perrault y se opta por un tono también divertido en la
relación entre los dos personajes, compartiendo impresiones que harán que los
personajes tengan una voz propia y no tan condicionada por un narrador omnisciente.
El lobo perseguirá el mismo objetivo, pero por el camino diferentes personajes
dificultarán dicha tarea y que, finalmente, el encuentro con la abuela no será
violento sino condescendiente con el lobo. El desenlace es tronchante y hace
hincapié en un aspecto que suelo señalar en mis animaciones lectoras: qué vista
tiene caperucita para no darse cuenta de la diferencia de un lobo travestido y
su abuela.
Daly,
N. (2006). La pequeña caperucita africana. Barcelona: Intermon.
Browne, A. (2004). En el bosque. México: Fondo de Cultura Económica
En
este caso, encontramos una caperucita que mantiene diferentes aspectos
narrativos con los textos de Perrault y los hermanos Grimm, pero que los emplea
de manera intercalada en el relato. De entrada, no hay caperuza roja y nos
encontramos con una niña con un color de piel diferente a la imagen habitual.
Su indumentaria, la manera de llevar el cesto aluden a otro imaginario cultural,
pero la preocupación se mantiene: el peligro de hablar con desconocidos. En
este caso, la niña es engañada por el señor perro que hace de lobo y usará sus
prendas para confundir a la abuela que piensa que es su nieta. Finalmente, el
lobo antes de que la abuela fuera cocinada en la olla (alteración del elemento
de los Grimm), aparece Salma y el abuelo para asustar al lobo con motivos de un
tótem y el hombre del saco. Divertida narración y con todos sus elementos
cambiados de orden, pero presentes.
Browne, A. (2004). En el bosque. México: Fondo de Cultura Económica
No
podía faltar este cuento de cuentos, en el que la referencia a la narrativa de
Caperucita está presente en la entrega de una cesta a su abuela enferma, a la
manera en que no sigue las advertencias de su madre y se adentra en el bosque y
la aparición de diferentes personajes del folklore literario como Juan el de la
vaca, Ricitos de oro y Hansel y Gretel (de cuya obra ya realizó una adaptación
en 1981). Volvemos al suspense con la casa al final del bosque y qué encontrará
allí dentro. En este caso, no será un lobo. Anthony Browne es otro icono LIJ y
recibió en el año 2000 el Premio Hans Christian Andersen. Como ejemplo de la referencia de la obra, esta caperuza roja y la consideración de la inclusión de un personaje masculino encarnando esta narrativa.
Como
coda, dos imágenes de El túnel (1989) donde el árbol, con su aspecto de
lobo, amplía la relación de la imagen con el texto de Caperucita roja y el hacha del cazador. Un
genio.
Homenaje a la Caperucita de Walter Crane
Pernaudet,
C. y Chebret, S. (2016). El lobo hace huelga. Barcelona: Editorial Juventud
El
lobo, en esta ocasión, está cansado de ser el centro de los conflictos en el
mundo de los cuentos tradicionales y decide dejar su papel de villano que acaba
mal parado (en este caso, la referencia sería a los hermanos Grimm y no a
Perrault, donde su naturaleza depredadora vence). Un festival de referencias a los
relatos tradicionales y una moraleja final: la necesidad de un villano en la
estructura narrativa. Y por mi experiencia en el aula de infantil, desde los
dos años están enamorados de los cuentos de lobos.
Maestro,
P. y Tanco, M. (2015). Caperucita roja. Zaragoza: Edelvives.
De
nuevo, reinterpretaciones. En este caso, la editorial Edelvives realiza una
colección de adaptaciones que cuenta con una transformación de Caperucita a la
que modela sin la tradicional caperuza roja y se limita a un pañuelo. El escenario
es nómada al fijarse el autor en la cultura zíngara, así la casa de la abuela
pasa a estar en un carromato.
Serrano Burgos, P. y Azábal Domínguez, M. (2017). Lobo solo buscaba wifi. León, Amigos de papel.
De
una caperucita errante, a un lobo en búsqueda de wifi (no encontraba la
solución en línea para curar su hipo) en la casa de la abuela, que era su
vecina. En esta narrativa disparatada, comienza un camino en el que se
encuentra con caperucita roja cantarina y, usa de nuevo el recurso del engaño
para aparecer en la casa de la abuela (pero no para comérsela) sino para
colarse en la casa y consultar los resultados. En esta ocasión, vuelve la
figura del cazador y el lobo sigue en su búsqueda de wifi en casa de otros
personajes clásicos. Divertida reinterpretación.
Young, E. (1989). Lon Po Po: a red riding hood
story from China. Scholastic
Álbum
premiado con la medalla Caldecott que cambia las coordenadas geográficas para
contar la historia de una madre que salió de casa para ir a ver a la abuela (Po
po), que era su cumpleaños, dejando a sus tres hijas solas en casa. En ese
momento, el lobo que la vio partir decidió disfrazarse para engañar a las niñas
y entrar en la casa. Las preguntas de las niñas le cuestionan sobre su voz,
pero le abren la puerta. Hasta este momento, parece más otra tipología de
cuentos como el ATU 123, pero después se repiten las fórmulas de
cuestionamiento sobre su vestimenta y, consiguen escapar de él escondiéndose en
un árbol. Finalmente, la astucia de las tres pequeñas hace que el peligro
desaparezca (recordando a la rondalla del gat i la rabossa).
Moon, S. (1984). Little red riding hood. (portada
edición 2002 de Creative Co)
Posiblemente
el álbum más transgresor de todos y que pone el foco en el aspecto narrativo de
Perrault sobre el asalto y el abuso del lobo sobre la niña. Su estética con
fotografías y con un estilo que comparte una clara referencia con su tiempo,
época de post-punk y contracultura (la no wave). Un objeto literario de oscuro
deseo.
Hendricks, M. y Grobler, P. (2004). Makwelane and
the crocodile. Human & Rosseau
Historia
de una niña que debe visitar a su abuelita y que en el camino debe evitar
encontrarse con el terrible cocodrilo… (¿es la misma vieja historia?).
Bertier,
A. (1995). Mon Loup. (edición 2010 de Grandir)
Finalmente,
una historia de amor. http://annebertier.fr/mon-loup/
Martin Gaite, C. (2001). Madrid: Caperucita en Manhattan. Siruela.
Como
extensión, algunos ejemplos adicionales recuperados del enlace señalado y de la
página La mar de libros y su entrada Mil y una versiones de caperucita roja, en
la que distingue las versiones de Perrault, Grimm y las renovadas: https://lamardelibros.wordpress.com/2018/04/10/mil-y-una-versiones-del-cuento-de-caperucita-roja/
Moral Ruz, M.D. y García Sánchez, S.
(2015). Caperucita roja. Madrid: Dibbuks
Antón del Blanco, M. del M. y Núñez, L.
(2002). Una rica merienda. SM
Cruz Iguerabide, J. y Solé Vendrell, C.
(2003). Caperucita y la abuela feroz. Barcelona: Edebé.
Perles, P. (2010). Caperucita roja.
MIC. (*versión de Perrault)
Miura, T y Ferrer Azcoiti, V.(2006). Érase 21 veces caperucita
roja. Valencia: Media Vaca.
(*21 historias, que comienzan con la versión de
Perrault)
Anholt, L. y Robins, A.
(1999). El lobito
caperucito. Altea
Lluch, E. y Corral, J. (2014). Caperucita
y el lobo bobo. Algar.
Rubio, A.L. (2017). El lobo y caperucita:
La historia jamás contada. Ediciones B
Ramos, M. (2012). El más listo. Barcelona: Corimbo.
Deneux, X. (2017). Caperucita roja. Barcelona: Combel.
Traini, A. (2017). El caperucito rojo. Barcelona: Picarona
Battut, E (2018). Caperucita roja. Barcelona: Editorial Juventud.(*versión Perrault)
VV.AA (2005). El gran libro del lobo
feroz. Barcelona: Juventud.
(*colección de cuentos con el lobo como protagonista y versión de Perrault)
VV.AA. (2011). Caperucita Roja. Madrid: Nórdica Libros.
(*las tres versiones: Perrault, Grimm y Tieck)
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La
selección se ha completado mediante el catálogo de la Biblioteca de Educación
de la Universidad de Alicante y buscando en librerías online el término “caperucita
roja”. Finalmente, un guiño a Tomi Ungerer que no puede faltar su humor punzante en la LIJ.
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